21 dic 2010

Capítulo 15: "Avión ✈"

Un golpe, me saco de mi sueño. Un golpe de algo blando, no le di importancia. A lo que sí le di importancia, es al olor de perfume fino de mujer en mi cuarto, un perfume que yo no usaba y ni soñaba usarlo, sentí otro golpe y me di la vuelta, sonreí, dirigí mis ojos a quien me despertó.

-¿Qué ... –bostece- haces aquí?

-Despertándote.

-Mire el reloj las siete de la mañana. –Maldita sea Dave, déjame dormir el vuelo sale a las diez. No molestes.

-Son las nueve no las siete, ese reloj está mal. Levántate.

-Si no quieres que los gorilas de la puerta te bajen de un tiro, lárgate. Dentro de un minuto bajo. ¿De acuerdo?

-No, me quedo aquí

-¡Bob! –grite con mi cara hundida en la almohada. La puerta se abrió de golpe. -¿Qué sucede?

-Sácalo de aquí.

-¿A Dave? –Sí, o mátalo, hazle lo que quieras, pero sácalo. Quiero dormir.

-Cuando se largo de allí, me lave la cara y los dientes, me cambie de ropa, tome el bolso y baje.

-¡Al fin! –le hice una mueca de mal gusto. –¿Vamos? –Sí. –me despedí de mis padres, y de Victorio. Noté que ni Bob, ni Ojos de Miel, estaban allí. –Van a ir contigo al aeropuerto. -¿Es necesario? -Sí. –De acuerdo. –Volví a despedirme, de todos y fui al taxi con Dave.

-¿Me extrañaste?

-Un poco. –Clavo sus ojos en mí. -¿En promedio, a quién más: Frank, Sheyla o Yo?

-Sheyla y Frank, cien por ciento. Y a ti un cincuenta.

-No puedo quejarme, algo es algo.

En lo largo del transcurso del taxi, hasta el arribo del avión, estuvimos hablando de todo lo que sucedió desde que me fui. Dejaría la pregunta. ¿Por qué olía a mujer?, para después.

✈✈✈✈✈

✈✈✈✈

-Dave. ¿Por qué mi asiento no está al lado del tuyo?

-Victorio, lo quiso así. Bob, tomo tu asiento, y el … de cabello despeinado…

-Dime, que no tomo el tuyo.

-Sí, estaré dos asientos más adelante tuyo –Pero yo… -Iba a decirle algo, cuando nos mandaron a cada uno a sus asientos. Me senté en el mío y minutos luego, vino Ojos de Miel.

-Hola. –dijo con esa voz acaramelada.

-Hola. –le respondí algo frustrada

Eso fue lo único que se escucho en el avión de parte nuestra, ninguno de los dos decidió entablar una conversación. Había momentos que sentía que me miraba, observe por el rabillo del ojo, y él en realidad me miraba, de la forma más hermosa, y cuando él se distraía (o eso creía yo), lo miraba por un largo tiempo. Cuando me pareció demasiado tiempo observándolo, como si fuera un experimento, un hermoso y perfecto experimento, aparte la vista hacia la ventanilla.

✈✈✈

✈✈

Muy pocas veces había viajado en avión, y no voy a negar que les tenía un poco de miedo, por las películas que miraba mi padre.

Lo peor que me temía estaba sucediendo = turbulencias. No quería tener un ataque de pánico, menos enfrente de él. Ya era tarde, el poco aire de mis pulmones ya se había esfumado, tome su mano, del miedo y del pánico.

-¿Jazmine?

-Me falta … aire. –dije entrecortada por el poco aire.

-¿Tu cartera? –se la alcance con la mano temblorosa. Busco y busco, mientras el avión se movía, hasta que encontró el inhalador. –Abre la boca. –no podía abrirla, tenia los dientes apretados, como si eso hubiese retenido el aire que ya no estaba. –Vamos. –Hice el intento, y despegue mis labios. Del inhalador salió muy poco aire, que llenara mis pulmones.

-No soporto más, me falta el aire. –note como el avión ya estaba estable, sin turbulencias ni movimientos. Pero yo seguía sin respirar.

-Jazmine, necesito que te calmes, ¿De acuerdo?, el inhalador no tiene más.

-asentí con la cabeza, y apoyándome en su hombro, él por su parte, me rodeo los hombros. –Necesito que respires, profundo y luego exhales. –trate de apartar mi desesperación y la sola idea de que nos íbamos a morir allí, podía dejar mi vida en las manos de Ojos de Miel, sin aún conocerlo. Obedecí al pie de la letra, lo que me dijo. Respire profundo y luego solté el aire, mientras escuchaba su voz, mi corazón volvió a su latido normal al igual que mi respiración. Pero no quería irme de su hombro, estaba muy cómoda, como tampoco quería soltar su mano.

-¿Mejor? –su voz me trajo a la realidad. –Sí. Y gracias, a pesar de que ya es tu trabajo. –Lo último lo dije como si se lo hubiera escupido la palabra en el rostro. –Odio ser la que deben cuidar.

-Esa idea ni siquiera se descartaba con un “cuidador” como él. Pero algo que me sorprendió fue que quito el brazo que rodeaba mi hombre y también su mano. No quise darle importancia, pero se sintió feo. Me acurruque contra la ventanilla, perdiéndome en mi música.

✈✈✈✈

Ya era de noche en el avión, todos dormían, incluso Dave, y Bob también pero él sabía que yo lo autorizaba. Quienes no dormían, de los pasajeros, éramos Ojos de Miel y yo.

-Puedes dormir, si quieres.

-No tengo sueño, gracias. –las ojeras debajo de sus ojos, en su tez pálida, demostraban lo contrario a sus palabras.

-Si tú lo dices. –Volví a apoyarme en la ventanilla del avión, mirando la noche, a pesar de que eran las siete, la mayoría de los pasajeros dormían.

-¿Puedo preguntarte algo?

-No me dila vuelta para verle, seguí con la vista fuera de la ventanilla. –Dime

-¿Por qué llorabas en tu cuarto esa mañana y a la vez tarde? –sonrió por la forma en que lo dijo, pude imaginarme sin darme la vuelta, lo perfecta que era su sonrisa.

-Extrañaba. -¿A quién?, si quieres decirme. Por supuesto. –No me gusta nombrarlo. Perdona.

-Está bien. Lo siento. –bostecé ya comenzaba a tener sueño. –No tienes porque disculparte. –Comencé a cerrar los ojos. Cuando por fin los cerré, sentí algo extraño en mi mano, como movimientos circulares, no los abrí porque ya sabía que era, Ojos de Miel, me tomo de mi mano y con su dedo pulgar, haciendo círculos en mi palma. No me queje, me agradaba su contacto, eran como descargas eléctricas en mi cuerpo, cuando me tocaba. Deje de pensar, y deje que mi corazón se calmase por aquellas descargas, y termine de dormirme.


RobSten ♥

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