7 dic 2010

Capítulo 7: "Confundiéndome Contra La Pared"

-Entre al cuarto, Frank estaban acostado en su cama, tapado, evitando los comentarios que hacia Sheyla.

-¿Jaz? -seguía de espalda.-

-¿Puedes decirle a Frank, que no estás enfadada con él? –No tengo que decirlo, él ya lo sabe, fue un accidente, hubiese deseado que ese golpe se lo diera a su hermano, lo tiene merecido.

-Escuchas Frank, no te si… -Sheyla se dio la vuelta para mirarme, y quedo asombrada. “-¿Qué es eso?” –articulo con los labios, señalando mi cicatriz, le di una indicación que se callara. Me acerque a la cama de Frank, lo destape. –No te sientas culpable, no lo hiciste apropósito, me hubiese encantado ver como lo golpeabas.

-Me miro, y luego clavo los ojos en mi cicatriz. –¿Yo te hice eso? –No, el tornillo de la cama. No me duele, ahora levántate de aquí, desayunemos y salgamos, soy yo la que quiere estar en cama y comer, kilos y kilos de helado.

-Desayunemos y a la tarde nos volvemos a encontrar, yo debo volver a los estudios, no se enfaden.

-No, yo quiero que tú termines de una vez por todas, ese grado del colegio, además mis padres deben estar eufóricos.

-¿Las llevo a alguna de las dos? –pregunto desanimado Frank, sin apartar la vista de mi cicatriz.

-Yo camino. –Dije y Sheyla dijo lo mismo, me acerque a Frank. –Fue un raspón, prométeme que estarás bien, y no te sentirás culpable. –lo pensó y luego volvió a mirarme. –De acuerdo, solo porque voy a extrañarte demasiado, ambos me abrazaron, les di un beso a ambos y salí de su cuarto, mientras a Sheyla le tocaba ayudar a ordenas a Frank, trate de buscar mis zapatillas, todo este tiempo estuve descalza, recuerdo haberlo dejado, el pasillo, justo enfrente del… cuarto de Dave.

Pase por el cuarto de Dave, ya no quería discutir más, me dolía la cabeza, tanto por el golpe, como por discutir con él, toque a la puerta, diciéndole quien era y me respondió con un “Entra”. Me encontré, con un Dave, desnudo, en realidad semidesnudo, solo con sus bóxers Calvin Klein, ¿Usaba todo de esa marca?, su espalda era perfecta, enorme, y perfecta, su trasero, ¡¿Qué estoy diciendo?! “Lo perfecto que es”, dijo mi subconsciente, ya cállate. No pienso describir, su firme y redondo trasero, ¿acabo de pensar eso?, no puedo creerlo. Se dio la vuelta y ¡Dios, él no tenía nada que envidiarle a Kellan Lutz, su cuerpo era … perfecto!

-¿Qué necesitas?

-Mis … Calvin

-¿Usas Calvin? –se burlo no le parecía avergonzarse, que yo lo viera en “paños menores”

-Quise decir, mis zapatillas. –levanto lo que yo estaba buscando. –Quizás, ¿Estas son? -Ya no juegues, dámelas. –debía dar saltitos para poder alcanzar los zapatillas, algo que no lograba y no lograría si seguía mirando sus músculos del abdomen.

-¿Las quieres? –lo mire y asentí. –Dame, mis zapatillas.

-Bésame. -¿Él acaba de decir eso?

-¿Besarte?, estás loco o borracho.

-No estoy totalmente cuerdo, y si en verdad quieres tus zapatillas, bésame. –me di media vuelta y me dirigí a la puerta, sentí como mis zapatillas, chocaban contra el suelo, me estaba por dar media vuelta para tomarlas, cuando las manos de Dave, tomaron mi cintura, me hizo subirme a él, rodeando su cintura con mis piernas, arrinconándome entre la puerta de entrada al cuarto y su clóset.

-¿Qué haces?, suéltame.

-No luchas mucho para que te suelte. –eso era verdad, me estaba … ¿gustando?, estar entre su cuerpo y la pared.

-No la hagas tan difícil. –dije susurrando, todo esto me estaba doliendo. – ¿Por favor?

-Jazmine, ¿Qué es lo que hago difícil?, ¿crees que a mí me gusta verte sufrir o que no me dejes hablar, para sanar o por lo menos calmar, ese dolor que sientes?

-Sí te gusta verme sufrir. –Apoyó su frente en la mía, acercándose a mi rostro. –No, no me gusta, te equivocas. –Apoyó sus labios sobre los míos, haciendo que la poca distancia que había se esfume, comenzó a besarme, con sus lengua delineo mis labios, ¿Qué estaba haciendo? Le devolví el beso, ¡¿Qué?!, maldita sea, cómo mi cabeza pudo responderle, en un beso, a un idiota como Dave, solo él me hacía hacer taradeces así, no puedo negar que años atrás hubiese deseado mucho este momento, pero ahora no sé qué pensar. Por el beso, todo de mi se durmió, y estaba cayendo de su cintura, mi piernas ya no se sostenían, me tomo de ellas, asegurándose de que no me despegara de él.

-Ya detente, por favor.

-Sabes, que una vez que empiezo no puedo parar. –Volvió a besarme, y mis manos parecían poseídas, acariciaron su cuello, y la otra enredadas en su pelo.

-Es suficiente –le dije agitada, cuando me dejaba respirar-

-Nada es suficiente, cuando se trata de ti.

-Suéltame. –Solo si me dejas hablar.

-No –le mordí fuerte el labio, y él me lo devolvió. –Suéltame. –el gusto de su sangre en mi boca, me daban ganas de volver a besarlo.

-Solo hay dos palabras que va a dejarte libre. –Apoye mi frente en su hombro, harta de sus juegos, puso sus labios en mi clavícula, pero no le di importancia.

-La primera: ¿Vas a extrañarme?

-No. ¿La segunda? –Recuérdame como me llamabas y te dejare libre, ¿Cómo me dijiste luego de irte, y dejarme muerto de dolor en el suelo?

-Aladdin. –musité muy despacio de lo normal. –

-No te oí.

-Aladdin. Ahora, déjame salir, por favor. –Seguía sosteniéndome las piernas.-

-Di que me amas.

-¡Qué, ya es suficiente!, además no puedo decir algo que no siento. -¿O sí lo sentía?, moví mi cabeza, para quitar ese pensamiento tan idiota.-

-Dime, por lo menos, dime. Del 1 al 10, ¿Cuánto te gusta, que mi cuerpo este cerca del tuyo?

-¿Qué te está sucediendo, Dave?, No eras así.

-Era así, pero lo tenía oculto. –No yo te conocía muy bien. Tu novia te cambio, de seguro es un psicópata sexual, para que termines de esta manera.

-Quizás. –volví a apoyarme en su hombro y lo mordí fuerte, pero él, ni siquiera se molesto en soltarme.

-Se acercó a mi oído y me susurró –Me encantan que muerdan, sobretodo tú.-

-Ya …estas completamente loco. Debo volver a mi casa, estoy muerta del sueño, bájame.

-Por qué le tuve que decir que estaba muerta del sueño, dios, me estaba volviendo loca.- Duerme con… -No, digas lo que creo,.. que vas a decir.

-Rió, estaba demasiado, extraño. Besó desde mi hombro hasta mi cuello. Ya!, me estaba poniendo muy nerviosa. –Ya esta Dave, me estas poniendo nerviosa y me estas incomodando y mucho, por favor, suéltame. –Gracias a Dios me soltó, tomé mis zapatillas y salí de su cuarto, bajando descalza. - ¿Te llevo? –Le levante el dedo del medio, dándole su respuesta, salí de la casa de Frank, me calcé mis zapatillas y camine hasta mi casa, a pesar del frío que hacía. A pensar todo lo que había sucedido, hace exactamente 2 minutos, siempre lo veía lejano que un chico como Dave, quisiera besarme, era mi mejor amigo muy pocas veces dude que me gustara, pero antes, dos años atrás me hubiese encantado que me besara, pero no ahora, estaba muy sensible por tenerte que mudarme, y ahora él quería confundirme antes de irme, era una especialidad en él, confundirme cuando estaba muy sensible.

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