1 dic 2010

Capitulo 2: La Maldita Realidad. [No tiene título]


No calculé todo el tiempo en que camine, no me importaba si estaba a punto de largarse a llover, ni tampoco me importaba que mi teléfono no dejara de sonar, solo camine por demasiadas horas, chocandome con gente y mirando el suelo o las nubes muy de vez en cuando. El cielo esta encapotado, las nubes grises como alertas de que se acercaba una fuerte tormenta, el asfalto estaba traspirado por la tanta humedad que había y a la vez aquella agua que había en las baldosas se mezclaban con mis lagrimas, causadas por separarme de mis amigos que por más que me encadenara mis padres me llevarían de todas formas, necesitaba a esa dos personas pero Sheila estaba ocupada estudiando para las finales que les quedaban, de los que yo ya había rendido, tomé mi teléfono y marque el numero de Frank, y al segundo tono me atendió.

-¿Jaz? –no podía responderle, tenía un nudo en la garganta, y no podía aguantar no llorar, al escuchar su voz. -¿Jaz, estas llorando? –seguí sin responderle.- Sí estas llorando, iré para tu casa. –no podía ir hacia allí, sino mis padres le dirían y yo no quería eso, debía escucharlo de mi parte, trate de quitar el nudo de mi garganta y sequé mis lagrimas, y abrí la boca para decirle y salió un tembloroso, “NO”. –¿Volviste a escaparte? -No, tan solo salí a caminar. Necesito, demasiado, hablar contigo, si no estás ocupado -¿Dónde te encuentras? –Miré a mi alrededor, hasta que distinguí en la calle en donde me encontraba, y sin darme cuenta, mis piernas y mi mente, me habían llevado cerca de la casa de Frank. –Estoy cerca de tu hogar, ¿Puedo ir? -Siempre estas invitada. –Gracias. –Me despedí de él, camine unas 6 cuadras más, mientras me acercaba a su casa, recordé las veces que los Shey, Yo y Frank, nos juntábamos en la casa de alguien y pasábamos horas hablando o viendo películas, ambos siempre estaban cuando yo me sentía apenada o directamente destruida, fueron centenares de veces que los dos me pusieron el hombro, y Sheyla o yo le ayudamos a Frank o nosotros a Frank, cuando uno caía, los dos los sosteníamos-

Llamé a la puerta, y al abrirme Frank, al ver su rostro todos los buenos momentos habían comenzado a rondar en mi cabeza, desde hace 3 años, me desvanecí en sus brazos, quebrándome en llanto, me rodeo con sus brazos, yo le respondí abrazándolo por su amplia espalda. –Shh, ¿Qué sucedió, enana? –No me sueltes, siento que todo se fue a la basura. -Enganchados por el abrazo, nos sentamos en el sofá -¿Qué es? –No quería decirle, no me sentía con las fuerzas necesarias, además de que no podía hablar, por mi llanto. –No puedo oírte llorar, ¿Qué es lo que tienes, Jaz? –No puedo decirlo. –Tranquila, no llores tanto, puede hacerte mal como la última vez. –La última vez que llore desconsoladamente fue cuando los padres de Sheyla insinuaban mudarse, y entre lagrimas y días sin dormir, a veces me desmayaba o por no comer o directamente por la tristeza, era demasiado perder a mi mejor amiga. –No me trates como una enferma. –Le golpee el brazo- Lo siento, dime ¿Qué es lo que está sucediendo?, me preocupas, demasiado. –Tomé coraje, y decidí decirle.-

-Frank. –Dime Jaz, yo estoy aquí. –Me voy a mudar, a otro lugar, demasiado lejos de aquí. - Me miro tres minutos enteros si poder comprender lo que yo le estaba diciendo-¿Lo … dices en serio, o es una suposición? –Me mudo Frank, la casa ya esta comprada, a estas alturas de seguro … mi madre esta empacando mis cosas. –Jazmine, no puedes irte -Lo abrase fuerte -Crees que yo quiero eso. -No.

Me aferre a él, no se por cuanto tiempo lloré, no se cuantas veces me dijo que todo iría bien, pero a mi nadie podía consolarme, mi teléfono no paraba de sonar, las alertas de las pocas llamadas perdidas que tenías,lo abrí y borré las llamadas y luego leí los mensajes en el "Buzón de Entrada", mis padres me habían mandado el día del vuelo definitivo dentro de 3 días por la mañana. Si en verdad lo hacían por mi bien, podríamos viajar dentro de 2 semanas.

-¿Sucede algo? -Me acaban de decir cuando es el vuelo. -Musité con una voz ronca por tanto llanto. -El Lunes por la mañana. -¿Sólo 3 días más? -Sí -agache la cabeza, ya comenzando a llorar -Lo siento no quise entristecerte más.

Fui a la cocina, de donde él me estaba hablando preparando algo caliente para tomar. -Más de lo que estoy no lo creo, además no se como evitar, sus comentarios en la cena. -Estas 72hs, se la pasarían diciéndome que esto era por mi bien. -Me alcanzó la taza de té, invitándome a sentar en la mesa de la cocina. -Puedes quedarte hasta tarde aquí, mis padres no vendrán y podremos llamar a Sheyla, y contarle. -Estaremos ... la dos destruidas -Hacia el mayor esfuerzo para no llorar, tome un sorbo de té y con eso baje mi nudo en la garganta, tragándome las ganas de llorar. -Las consolare a las dos, si es necesario. -Me hizo sacar la única y última sonrisa del día, creo que por mucho tiempo no volvería a sonreír, como ellos me hacían hacerlo.

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